Monday, January 08, 2007

María Antonieta, de Sofia Coppola




Me ha gustado. No tanto como Lost in Translation pero sí en la linea en la que me gustó Las virgenes suicidas. Sofia Coppola sigue siendo ella misma. Desde el guión hasta la elección de los zapatos ( con las converse, nada más fashion, que acompañan los zapatos versallescos, fashion total ), la elección de la música que le gusta, el gusto por los detalles más genuinos en los momentos que menos te esperas, los personajes salidos de una obra rococó, los momentos surrealistas (el parto multitudinario) .. todo ello montado como un collage propio de una estudiante de arte y ensayo.


Y con todo ello, Sofía logra ser ella misma, también porque puede permitírselo, pero sin que nadie le sople lo que debe hacer, donde poner la cámara, que música debe elegir, de qué plano presindir, y como desea terminar la película, así, sin más.


Sigo aplaudiendo a Sofia Coppola, y sigo pensando que dará mucho que hablar, para bien, en el futuro.


Su tercera película ha sido arriesgadísima cuando ya se ha ganado respeto de crítica y publico se planta ante el mundo con una película tan inclasificable.


Me gustan las mujeres valientes y que se arriesgan y mucho más en el plano artístico. Y ella lo hace.


Lo mejor:


1.-El plano del balcón. María Antonieta se pliega a las peticiones de su pueblo, justo en el momento en que acepta que ese es su pueblo, y le ofrece LITERALMENTE (grandísimo momento el de la barandilla) su cabeza.


2.- La sutilidad con la que Sofía Coppola muestra la muerte del hijo de María antonieta. Un cuadro se cuelga. Al poco se descuelga para volverse a colgar de nuevo, con la pintura del niño borrada.


3.-El momento I love candies. Zapatos versallescos, lujo a raudales, tartas y pasteles, y unas CONVERSE!!!! Versalles es como el imperio Hilton. No se puede hacer mayor crítica social, tanto a los que viven de la opulencia y la frivolidad como a los que mantienen la opulencia y la frivolidad y la veneran comprando revistas y siguiendo las andanzas de las niñas mimadas de ayer, hoy y siempre. Donde ayer hubo corrillos palaciegos, hoy hay Salsas rosas.


4.- La entrega de María antonieta en la frontera de Austria y Francia donde una niña, con el pelo suelto y lacito, vestidos vaporosos y comodos, perritos falderos y amigas damitas, .. que se recuesta en el coche real como en un sofá al uso ... es "invitada" a despojarse literalemente de todo ropaje y toda vinculación con Viena, para salir, ya en frontera francesa, a la rigidez de peinado, vestido y trato de la corte francesa, lo que precisamente nunca llegó a aceptar.


LO peor.- Que en ocasiones resulta irritantemente reiterativa. Pero tambien es cierto que la vida en palacio debía ser irritantemente reiterativa para el pueblo que veía como se gastaban sus dineros y magnificamente reiterativa para la reinona que se pasaba el día de fiesta y no dando palo al agua.


El momento.- El plano del balcón. Insisto. Es sublime.


Los actores.- Judy Davis, magnifica como la dedicada institutriz francesa de la reina y el actor que hace el papel de embajador de Viena, por su sutileza.


La música.- Ciertamente la esperaba más estridente ( lo que demuestra que a los detractores de la Coppola no hay que hacerles mucho caso cuando se ponen a largar en revistas y otros medios sobre la pelicula) pero me ha sorprendido gratamente porque realmente no me ha sacado del relato n nigún momento, y el uso que hace de ella tampoco me ha resultado excesivo (no así al público de la sala, que murmuraba cada vez que una música no de epoca sonaba de fondo).


El conjunto.- Una película muy válida, con un excelente uso de la composición, como si de un cuadro rococó se tratara, una sutileza casi oculta que impresiona frente a lo recargado del film a primera vista.

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