The Big Red One de Samuel Fuller

En 1.980, el director Samuel Fuller llevó al cine una recreación de su experiencia en el frente de la II Guerra Mundial, en la que participó no solo combatiendo sino además como periodista de guerra. Para ello, decidió narrar casi de forma documental y a modo de diario, el periplo de un sargento y cuatro de sus artilleros por gran parte del norte de Africa y Europa, combatiendo al ejercito alemán. Vivencias tan estrámboticas como ayudar a dar a luz a una mujer en un tamque en medio del desierto, se entremezclan con la ofensiva de Normandía, y el descubrimiento del horror de los campos de exterminio de Europa del Este.

Lee Marvin, en uno de los últimos papeles de su carrera, compuso un dramático retrato de jefe de escuadrón, en el ocaso de su carrera militar, mecenas de unos soldados que combaten no solo a su enemigo sino tambien sus propios miedos a medida que avanza la contienda, que nunca logran llegar a entender ni a dominar. Robert Carradine (el alter ego de Fuller), Bobby Di Cicco, Kelly Ward y Mark Hamill interpretan a los cuatro jinetes del sargento, de personalidades muy diferentes y a los que la guerra y sus vivencias no dejarán impasibles a lo largo de la dura batalla. Todos ellos, aportaron buenas interpretaciones, destacando si cabe, la de Mark hamill, el más destacado del grupo, recién salido de la filmación de El Imperio Contraataca, embarcado en el personaje de un soldado que se muestra cobarde, pacifista y que a medida que la trama avanza se enfrenta a sus temores e inclusive a un cambio de punto de vista con respecto a la utilidad de la guerra. Magnifica la secuencia que trascurre en el campo de exterminiio nazi y el epilogo del niño rescatado.

En cualquier caso, destacar una secuencia por encima de otras es no hacer justicia a la película. Uno Rojo: División de Choque es ante todo un conjunto de experiencias filmadas y todas ellas imprescindibles para entender la guerra que vivió en primera persona su director.

Estrenada y premiada en el Festival de Cannes en 1980, este mismo Festival acogió el pasado año su "reconstrucción", un nuevo montaje con casi 40 minutos más del material filmado por Fuller que permite conocer mejor la trama que en su día el estudió obligó a cortar en la sala de montaje por razones de duración. Sin duda a Samuel Fuller, que falleció en el exilio hace dos años, le hubiera gustado ver esta nueva versión más cercana a su visión de la película.

Una excelente oportunidad, en Zona 2, desde Septiembre del año pasado, que no puede pasar desapercibida para cualquier cinéfilo.